El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) documentó que elaborar un kilo de té negro tipificado, industrializado, con destino a exportación, impacta en el ambiente hasta 11 veces menos que el mismo té producido en China y 7 veces menos que India, las potencias mundiales del sector.
Además, según los resultados del proyecto de evaluación de Huella Ambiental de Producto, enfocado en las cadenas del té y la yerba mate argentina, INTI asegura también que Argentina incide hasta 32 veces menos que en Sri Lanka, y 12 menos que Kenia y Taiwán, países competidores en el comercio exterior.
Cada kilo de té negro que exporta el país equivale a 1 kilo de dióxido de carbono. O, dicho de otro, para consumir 1 kilo de té argentino, la cadena emite 1 kilo de dióxido de carbono para producirlo, desde la “cuna” de origen hasta la “puerta de embarque”, antes de la distribución y llegar a la góndola sino a la taza.
Se evalúo puntualmente el potencial de calentamiento global (Kg CO2 eq), la suma de todas las emisiones de todos los Gases de Efecto Invernadero (GEI), generados directa o indirectamente en los diferentes procesos involucrados en la cadena de valor.
¿Cuánto impacta la producción? ¿Cuánto energía emite, además, el té que consumimos?
“Los consumidores exigen, de forma creciente, información sobre el impacto ambiental de los productos que adquieren para poder realizar una compra responsable. A su vez, las empresas y gobiernos solicitan una valoración de las emisiones e impactos generados por la actividad productiva y de servicios -para la compra y contratación- y para cumplir con los compromisos internacionales asumidos en los foros de discusión de Naciones Unidas”
Mgr Andrea Acosta. INTI NEA
El proyecto, liderado por la Mgr. Andrea Acosta, Directora del INTI NEA, fue presentado en el auditorio de Silicon Misiones por los investigadores Mariano Minaglia, Eugenio Micucci y Gabriel Schüler, técnicos del Instituto Nacional, tras dos años de análisis junto a la Agencia Misionera de Innovación del Gobierno de Misiones.
“Participaron 5 empresas, tres tealeras y dos yerbateras. Se analizó como unidad funcional 1 tonelada de té negro de Klimiuk Infusiones, Casa Fuentes y Llorente. Y entre las yerbateras, se analizó como unidad funcional 1 kilo de yerba mate en góndola de las misioneras La Cachuera (Amanda) y Cooperativa de Productores de Santo Pipó (Piporé)”. - Eugenio Micucci
“Para el anáisis de este proyecto se utilizó el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto“, dijo el Mgr Mariano Minaglia.
“Se compila un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema, evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas e interpretando los resultados de las fases”, dijo el Ing Gabriel Schüler.
“El estudio de Huella de Carbono generada para la obtención de un producto es uno de los parámetros más demandados por los mercados externos. Países europeos ya se encuentran estudiando las contribuciones de varias de sus cadenas productivas, entre las que se destaca el té negro” - Eugenio Micucci
Además del Potencial de Calentamiento Global, INTI y la Agencia Misionera de Innovación también evaluaron:
- Potencial de escasez de agua
- Agotamiento de capa de ozono
- Potencial de acidificación
- Potencial de eutrofización
- Agotamiento de recursos abióticos materiales
- Formación fotoquímica de ozono
- Agotamiento de recursos abióticos combustibles fósiles
“El té de hoja molida sigue siendo el motor de la producción. Seguimos siendo reconocidos y abriendo mercados. El mundo sabe que hay té argentino“.
Eugenio Micucci - INTI
Fuente: Frontera Jesuita
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