En la inauguración de la muestra ‘Teteras’, de Luján Oliveira, Amalia Radovancich introdujo el té amarillo, una variedad exclusiva con mucho tiempo de producción.
El té argentino cumplió 100 años y sus inicio fue nada más y nada menos que de la mano de un inmigrante ucraniano en Misiones.
Aunque la provincia siga siendo hoy la mayor productora de té del país y abastezca importantes mercados internacionales, todavía hay un halo de misterio en muchas variedades de esta infusión, como lo es, por ejemplo, el té amarillo. Amalia Radovancich sigue de alguna manera los pasos de Wladimiro Hnatiuk -el primero en plantar té en el país- y se dedica a innovar en la materia.
Es que Amalia produce el exclusivo té amarillo, conocido por ser una variedad que en la antigüedad solamente se hacía para la familia imperial china.
Con la técnica para lograr este té recuperada hace unos años en el país oriental, aún quedan muy pocos valientes que se dediquen a producirla, porque es muy difícil, y Amalia postula que ella es la única que lo está haciendo de este lado del mundo.
“A mí me invitaron a un taller hace unos cinco años y con el taller hicimos una cata de té. Ahí lo probé por primera vez y me encantó, dije: ‘Lo voy a hacer’”, confesó Amalia que, oriunda de Chaco, hoy vive en Oberá, zona tealera por excelencia.
A pesar de que su mentor le advirtió que hacer té amarillo no era una elección sencilla, ella decidió embarcarse en la tarea. Tal como explicó en la previa por Radioactiva y en la inauguración de la muestra Teteras, a la que llegó como invitada especial, el té amarillo es muy celoso de las variantes en el clima y otros tantos factores.
‘‘De diez cosechas que hago en la temporada, cuatro me salen bien, el resto lo tengo que tirar’’, confesó la mujer.
En esa línea, de la mano de Luján Oliveira, la ceramista detrás de la muestra, coincidieron en destacar los procesos. ‘‘Siempre tenés que estar permanentemente ajustando la técnica, chequeando aromas, estados de temperatura, estado del brote. Yo digo que es un té muy sensorial porque permanentemente lo tenés que estar mirando, escuchando y ajustar el tiempo de marchitado’’, asumió Amalia.
‘‘Es como un estado de meditación, hay una conexión con la planta para saber el momento justo en el que está’’, lanzó ante los invitados a la apertura de la muestra en el Multicultural de la costa posadeña.
A su turno, la artista Oliveira subrayó ‘‘Me pasa como a Amalia, que en el proceso mientras hago una pieza de cerámica, estoy en el Nirvana... nos lleva a un disfrute bien arriba y que ustedes puedan sentir algo de esto en esta muestra es súper importante’’.
Tras la presentación, hubo una degustación de este extraño elixir, que en sus notas refiere a sabores como el choclo, según Amalia.
Mientras en China aún no tienen suficiente producción de té amarillo, la Tierra Colorada cobija las condiciones para que unos privilegiados se sientan parte de la realeza china, al menos por un momento, o simplemente tengan la oportunidad de expandir los paladares con nuevos estímulos.
Para agendar
Teteras
La muestra ‘Teteras’ de Luján Oliveira. Se puede visitar hasta el 28 de febrero de 8 a 20 en el edificio Multicultural de la Costanera de Posadas. Menores de 6 años no pagan.
Fuente: ElTerritorio
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